Así fue el comienzo del arte cinematográfico y en el inicio de la Revista Cultural Idearte queremos rendirle este homenaje con nuestro crítico de cine Luis Guillermo Cardona.
Quizás la descripción más simple de lo que es el movimiento sea: Desplazamiento que experimenta un cuerpo en el espacio. Frase que, por sí sola, no luce nada conmovedora, ni parece que dejara a nadie cavilando, pues, al fin y al cabo, lo hacemos a todas horas, hasta durmiendo y en forma muchas veces involuntaria.
Sin embargo, mira la palma de una de tus manos… cierra y abre los dedos primero lenta… y luego rápidamente. Ahora, cierra los dedos en puño y luego, empezando por el meñique, abre de manera lenta cada uno de los dedos. Ahora, reflexiona sobre esto: ¿Cuánto tuviste que pensar para hacer dichos movimientos? ¿Tuviste que darle una orden a tu mano o a cada dedo para que actuara como tú querías? ¿No es sorprendente la manera como te obedecen con solo desearlo? ¿Y qué es lo que mueve cada órgano de nuestro cuerpo?
Estas y muchas otras preguntas podrían surgir cuando vemos un avión volar, cuando un tigre corre tras un venado, cuando un molino es impulsado por el viento, cuando un halcón vuela con las alas suspendidas, cuando una célula se desplaza por nuestras venas… y todo el gran acerbo de cosas en movimiento ¿podríamos apreciarlo, hoy, de no haber sido porque alguien consiguió un día grabar el movimiento?
Durante siglos y siglos, la humanidad solo vio dibujos especulativos, gráficos que daban una idea incierta del desplazamiento de determinados seres u objetos, pero ¡fue solo hasta el siglo XIX de nuestra era!, que el movimiento pudo ser registrado con plena veracidad cuando, aprovechando esa cualidad del ojo conocida como persistencia retiniana, se logró que una máquina nos pasara primero 18 y luego 24 imágenes por segundo.
Thomas Alva Edison había sido pionero con su kinetoscopio, pero solo los hermanos Louis y Auguste Lumiére, lograron perfeccionar la máquina que eliminó la interferencia del movimiento y pudo registrarlo con su lógica continuidad. Había nacido el Cinematógrafo y el 19 de marzo de 1895, se rodó la primera película con el título “La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir” (LA SALIDA DE LOS OBREROS DE LA FÁBRICA LUMIÈRE). Su primera exhibición se llevó a cabo tres días después en la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional en París y su estreno comercial se realizó con bombos y platillos, y junto a otros nueve cortos, el 28 de diciembre de 1895, en el Grand Café del Boulevard de los Capuchinos de la misma Ciudad Luz.
El filme fue rodado en tres tomas (de 42, 34 y 36 segundos respectivamente) que captan la puerta principal de la factoría donde los Lumiére producían materiales fotográficos, y en cada una de ellas, veremos salir al personal, hombres y mujeres que, a pie o en bicicleta, se dirigen hacia sus casas… mientras un perro callejero (o quizá guardián) ronda por allí en actitud husmeadora. La presencia del perro en las diferentes tomas, permitirá ver claramente las diferencias.
En conjunto, el corto tiene una duración aproximada de 1 minuto 52 segundos… y la clase obrera es su protagonista, porque, como ya había sido anticipado por el teatro y la literatura, el fin del arte es, en primera instancia, elevar el nivel del pueblo dignificándolo, culturizándolo y haciéndole justicia. Se advierte la modestia de las instalaciones; sorprende la elegancia que era tan común entonces aún entre los menos privilegiados; y se eterniza el movimiento donde, un pueblo creador y laborioso, cierra con broche de oro una jornada que pasaría a la historia.
Queda abierta la inmensa puerta que nos conduce a los placeres del movimiento: la actuación, la danza, el baile, el deporte, la aventura, las acciones de la naturaleza, el desplazamiento de los astros, el movimiento de las mareas y de los ríos, la erupción del volcán y el registro de la tragedia… y cuando tres décadas después se añada el sonido, una inmensa realidad se pone a nuestro alcance; los bellos artes confluirán magníficamente en el nuevo lenguaje; y el conocimiento se verá aumentado significativamente en la humanidad entera.
Ha nacido el arte cinematográfico y ya nada es comparable a sus infinitos potenciales.
Mounam.